*Necesitamos espacios en el trabajo donde nos sintamos seguros. Compartimos con los demás, no solo la parte técnica de lo que hacemos, sino también nuestros deseos, aspiraciones, preocupaciones, nuestra parte más íntima que no podemos desligar de lo que somos y que tampoco se puede quedar alejada de nosotros todo el tiempo que pasamos. haciendo un trabajo, aunque no sea la que más demostramos.

*Es una obligación moral por parte de todos respetar los sentimientos de las personas que componen una organización. Hay que dar la oportunidad de que todo el mundo se pueda expresar desde la sinceridad, dejando lo políticamente correcto de lado, y respetar no solo lo que uno dice, sino también lo que uno siente. Cuidar a las personas empieza por olvidarnos un poco de nuestro ego para considerar a un compañero tan importante como a nosotros mismos.

*No podemos olvidar que el alma no se queda en casa cuando vamos a trabajar. Se puede, muchas veces se debe, expresar tan solo la parte aséptica que se nos pide al contratarnos para algo, pero hay que recordar que somos un todo, y que por encima de cualquier cosa, el respeto hacia los demás empieza por considerarle como a un ser humano. Cualquier cosa que te moleste que te hagan, procura no hacerla a los demás. Esta es la mejor fórmula para cuidar el entorno sociolaboral en el que nos movemos y repercutirá positivamente en la empresa.

*Crear espacio seguros y afectuosos en el trabajo implican tener en cuenta la sensibilidad de las personas. Una palabra mal dicha, o un solo gesto de desagrado, puede desarrollar emociones negativas, que como una reacción en cadena, dan lugar a malos entendimientos y entornos interpersonales llenos de rencores. Cuando alguien no está contento en su trabajo, lo transmite irremediablemente a sus compañeros, y su rendimiento no es el mismo que si estuviera satisfecho.

*Los entornos laborales son entornos emocionales, no solo de conocimiento y ejecución. Tenemos mucho que ganar siendo amables y considerados con las personas con las que trabajamos. El clima laboral se construye en el día a día. Las organizaciones son cadenas emocionales cuyos eslabones se hacen muy frágiles en caso de reinar un mal clima laboral, pudiéndose romper con facilidad.

Lola López

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