El liderazgo y las técnicas para mejorarlo, o desarrollarlo en las empresas, es un tema importante que ha adquirido un protagonismo esencial en cuanto a la formación de los directivos. La motivación por aprender por parte de aquellas personas que trabajan y dirigen un equipo lleva siendo afortunadamente una inquietud social hace ya algún tiempo. El motivo de este interés no es otro que saber que los resultados económicos y sociales, pueden ser mucho mejores cuanto mejor y más honesta sea la conexión con las personas a quienes se dirigen.

No podemos olvidarnos que el líder se hace, y esa construcción de sí mismo, está basada en el crecimiento personal, en la intención, determinación y esfuerzo por ser cada día mejores como seres humanos. Como tales, tenemos limitaciones, cometemos errores y hacemos las cosas mal. Pero todo nos enseña y encamina, porque aquello que queremos lograr con el corazón, la mente nos enseña como conseguirlo. Porque la inteligencia y la voluntad se encuentran principalmente en el corazón.

Todo se puede aprender. A pesar de que nazcamos con un temperamento determinado, y hayamos estado expuestos a condiciones ambientales y sociales mas o menos ventajosas, poseemos algo que se llama carácter y personalidad, que podemos moldear y desarrollar para ser más plenos, más felices. Claro que podemos adquirir innumerables fortalezas y competencias que nos hagan mejores personas!

Los actuales grupos sociales, como los millennials, lo que buscan es estar bien en sus puestos de trabajo. Quieren que los lideres se preocupen por su bienestar, mas que por cualquier otra consideración. Están dispuestos a dejar una y otra vez su empresa si no se les da las condiciones de cuidado y bienestar que ellos persiguen. Esto, pese a lo que pueda parecer, no es mas que una gran noticia.

La pregunta es: ¿No es hora de plantearse si quizá la fórmula para ser un buen líder es tan sencilla, como ser fieles a principios éticos y morales universales, además de tratar de conseguir nuestro propio bienestar a todos los niveles?

Porque el mejor de los lideres es el que se compromete en buscar el bienestar de su gente, el que no deja de esforzarse por aprender el cómo poder llevar a cabo esta meta. Pero también es necesario decir que el bienestar del equipo pasa primero por su propio bienestar, del que debe ocuparse.

El bienestar de cualquier persona se va construyendo con el autocuidado, a todos los niveles, con la persecución de una conciencia que nos haga mejores personas en todos los sentidos, solo así, se consigue la madurez emocional, y es desde la madurez, como podemos dar incondicionalmente, sin otra consecuencia lógica que una mejora del bienestar de las personas. A la larga, cuando perseguimos esto como principal objetivo, se llega a conseguir el beneficio esperable para cualquier empresa. No debemos olvidar que el ser humano esta por encima de todo. Por eso hay que cuidarlo.

Los buenos líderes tienen que ser personas maduras, equilibradas emocionalmente, con suficiente autoconocimiento para saber conectar, transformar, contagiar entusiasmo, dirigir a las personas hacia las metas, ya que las metas del equipo son las metas de cada uno.

Los signos que indican madurez en una persona son, entre otras, la confianza en uno mismo, el autocontrol, la coherencia, la estabilidad psicológica, la alegría, el optimismo, la naturalidad, el sentido de la libertad, la responsabilidad, y la paz interior. Además debemos cultivar unas virtudes como la humildad, y también aquellos que Platón definió como las cuatro virtudes human main: la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia.

Al final, adquiriendo hábitos para poder sentir, para poder obrar bajo estas premisas, estamos encontrando el equilibrio en nuestra propia vida. Pero hay que ser realistas y saber que todo cuesta, que esos hábitos exigen un esfuerzo de aprendizaje y mantenimiento. Todas las personas cometemos muchos errores, y de ellos aprendemos. También hay que saber integrar los fracasos en nuestra vida, como parte del camino, que nos estresan, pero nos impulsan. 

Cuando nuestro carácter se forja en la compasión, la empatía, y en descubrir a los otros seres humanos como tales, es mucho más fácil ser líder, porque nos ganaremos fácilmente la confianza desde la honestidad, sin tener que fingir algo que no somos.

Ser un líder consciente, es ser un ser humano mas libre. Podemos ampliar nuestra conciencia para adquirir un habito más. Un habito que nos permite comunicarnos humanamente, sabiendo que podemos controlar nuestras emociones, para responder adecuadamente a lo que los demás nos estén demandando, para alcanzar los objetivos comunes. Pero sobre todo, priorizando el bienestar y la salud, tanto de las personas, como de la organización.

Porque un buen líder es el que se ocupa del ser humano, el que consigue sacar lo mejor de cada persona. El que permite el desarrollo personal y profesional de su gente, le ayuda, y le estimula para conseguirlo. En definitiva, proyecta lo mejor de si mismo.

Debes olvidarte de todas las circunstancias que te haya tocado vivir hasta ahora, aunque hayan sido difíciles e injustas, de lo que te cueste, de lo difícil que te parezca, de lo innecesario que pueda parecer a veces, y empezar a preocuparte por ti mismo , para sacar a la luz de los demás, todo lo bueno que hay en ti. Solo así, serás un buen líder.

 Lola lopez 

 

 

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